Los retos de siempre
Escrito por: Rigel.
Noviembre 06 de 2011.
El ser humano debe de responder al derechos de
respetar a favor de todos sus iguales el privilegio de poder vivir en una
sociedad pacífica, en donde impere como valores fundamentales un verdadero sentido
colectivo por el derecho a la libertad y la seguridad de toda persona. Esta fin
responde a una teleología constitucional generando una mayor probidad en cuanto
al compromiso que hay que tener con los valores de nuestra comunidad, estos
valores, son la clave para la gobernabilidad democrática, por lo que todo
ciudadano debe de mostrar y acatar el respeto por los derechos humanos fundamentales,
el imperio de la Constitución así como el acatamiento de la ley en la que se
encuentra el desarrollo del texto fundamental.
Del mismo modo la aptitud del constituyente a de
ser la de alojar en su condición democrática verdaderos compromisos hacia la
diferencia del ser humanos mismo, a fin de responder al derecho general de
igualdad y libertad cuyos caminos son el de la inviolabilidad de la persona en
la que descansa como razón fundamental la dignidad humana mas allá de der un
mandato de optimización, un principio prima facie. La dignidad humana como
criterio universal supera el entendimiento de la norma de derecho fundamental en
la que se encuentra el principio de derecho fundamental. De este modo, realidad
y norma jurídica se enfrentan al discurso retorico, que pretende minimizar el alcance
de los derechos.
El discurso retorico quiere introducir en la Teoría
jurídica el criterio de relatividad en el sentido que los derechos no son
absolutos e infranqueables. La dignidad humana mas allá de todo concepto, así como
los demás derechos humanos se encuentran señalados en normas jurídicas,
entendidas como posiciones normativas, mediante las cuales un derecho subjetivo
adquiere una garantía jurídica de protección no solo constitucional sino legal.
La defensa de los derechos y su garantía desde
una posición normativa hace que los ciudadanos entablen un mayor compromiso con
los principios, valores y normas que rigen un Estado basado en derechos. Estos valores
que permanecen en la esfera humana deben de tener una protección renovada por
parte de las instituciones encargadas de sostener el principio democrático pilar
del templo de la democracia. La razón básica es porque el ser humano sabe que
en otrora esos derechos fueron reclamados y negados, hoy difícilmente permitirá
que los derechos le sean arrebatados.
Es preciso indicar que en un Estado Social de
Derecho, la posición de gobernabilidad de las ramas del poder público en muchas
ocasiones se encuentran en discusión por el criterio de autoridad. Lo más
sensato, y en principio, sería afirmar que cada rama del poder público aporta
al sistema de gobernabilidad, permitiendo que cada poder ejerza sus funciones
sin entorpecer las funciones de los demás poderes. El asunto es que lo
maravilloso del poder, es que quiere concentrarse, y eso es lo que hay que
impedir, que se concentre en un solo organismo. Si eso llega a suceder seria un
retroceso en la evolución de las sociedades, un reacomodar de toda la Teoría jurídica.
Las ramas del poder público serán las
responsables por mandato constitucional, en velar por el respeto y garantías no
solo del funcionamiento de la institución misma, sino que debe velar con mayor
fuerza por los derechos que administra a favor y beneficio de los gobernados. No
así el poder público será regulado por los tribunales de cierre en cada orden o
mejor competencia por materia quedando una sola jurisdicción encargada de la supremacía,
vigilancia y guarda de la constitución. la Corte Constitucional es el máximo organismo
de cierre, en ella descansa un papel importante y es el de responder por el
cumplimiento de los derechos y garantías señalados en la Constitución como
norma de normas. De esta manera se ordena al poder ejecutivo y legislativo así como
a los particulares, actúen de acuerdo con la Constitución. de modo que los
jueces son los que señalan el sello reconocen la validez o de invalidez de la
ley respondiendo a los principios sumos de justicia y equidad que se enlazan de
modo inescindible con todos los derechos y obligaciones dando sentido al
pluralismo jurídico y a los fines esenciales que orbitan en un Estado Social de Derecho.
El poder judicial dinamiza la acción del poder ejecutivo y legislativo con
el poder constituyente y ofrece un espacio para todos los ciudadanos resolviendo
de forma pacífica de los conflictos que surgen en una sociedad, en este poder
se genera un ambiente para la discusión razonada y objetiva de los problemas
sociales cuyo criterio urgencia merece mayor atención. Los jueces en general deberán
afrontar los retos del siglo XXI, que presenta el constitucionalismo en relación
a la superación de la visión positivista, este reto consiste en el compromiso
de llevar a cabo esta importante función judicial no solo con habilidad sino también
con imparcialidad. De ese modo el poder constituyente adquiere respaldo frente
a los abusos del poder y de la fuerza
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