miércoles, 11 de junio de 2014

«Es necesario debatir cuál es el papel de los derechos humanos en la globalización»

El catedrático de Derecho Constitucional de la UCA Miguel Revenga Sánchez ha coordinado el congreso internacional 'El tiempo de los derechos'

Tres criterios especifico: 1. «La crisis ha provocado que perdamos la concepción de un sistema de asistencia universal» 2. «Se han abierto nuevos escenarios en los que se plantea ante quién debemos pedir cuentas» 3. «En los últimos 30 años España ha pasado a ser un país multicultural donde se crean nuevos retos».

Antes, mucho antes de que la población fuera consciente de la crisis económica en la que anda sumergida, unas 13 universidades de toda España se unieron en un mismo proyecto para debatir sobre el estado de salud de los derechos humanos en pleno siglo XXI. Desde la Universidad Carlos III de Madrid, el profesor Gregorio Peces Barbas, principal investigador de este estudio hasta su muerte, estableció las bases para crear un foro de intercambio y debate sobre la realidad actual de los derechos humanos con el que se pretende contribuir, a través de la reflexión científica, a que el siglo XXI se convierta en el tiempo de los derechos. Seis años después, el proyecto denominado Consolider-Ingenio 2010 'El tiempo de los derechos' (HURI-AGE) ponía su broche de oro este fin de semana con la celebración, en la Universidad de Cádiz, del congreso internacional 'El tiempo de los derechos. Los derechos humanos en el siglo XXI'.

«El congreso es una especie de resumen de todo el trabajo desarrollado hasta ahora», explica el catedrático de Derecho Constitucional de la UCA, Miguel Revenga Sánchez, uno de los coordinadores del encuentro. En él se ha puesto de relieve la necesidad de «difundir la cultura de los derechos humanos a través de una educación respetuosa con los principios constitucionales, desde la escuela hasta la universidad».

Uno de los grandes retos que ha quedado patente en el congreso es la «garantía del cumplimiento de los derechos sociales y culturales», sobre todo en una época de crisis económica en la que se encuentra España en particular y el mundo en general, «donde los candidatos a sufrir recortes son los derechos que nosotros llamamos sociales, pero que tienen tanta importancia como los fundamentales, estos son la salud, la vivienda y la asistencia social». La existencia de una línea divisoria entre ambos «hace que tendamos a ser menos conscientes de la importancia que tienen derechos tan básicos como el de una vivienda digna», afirma Revenga. «Estos años de crisis ha provocado que hayamos perdido la concepción de un sistema de asistencia universal, de tal manera que se deja fuera del sistema a seres humanos». Además, la actual situación económica ha provocado que derechos como el de la vivienda concretamente «descubra su verdadero carácter de secundario cuando no se puede concebir una vida digna si no se garantiza un techo», un aspecto éste que se está viendo seriamente afectado con «las ejecuciones hipotecarias y los desahucios». Pero esta situación se complica con medidas como la implantación de tasas judiciales. «El poder político debe tomarse en serio la defensa de los derechos humanos pero es la justicia la que debe ser la garante de su cumplimiento» y con trabas como las tasas económicas se dificulta el acceso al sistema judicial.

A todo esto, Revenga suma la complejidad de la apertura de «espacios que van más allá del estado de la nación en una época de auge de jurisdicciones supranacionales, sobre todo en Europa». Esta globalización «hace necesaria que se debata cuál es el papel de lo derechos humanos». Se han abierto «nuevos escenarios» en los que «hay que plantearse ante quien se debe exigir el cumplimiento de estos derechos pero también la definición de los mismos». En los últimos años, el Estado «ha dejado de ser su defensor en exclusiva por lo que cada vez se pone más de relieve que hacen falta instancias más allá del estado de protección». Y en este contexto se estudia el trabajo desarrollado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Corte americana o el Tribunal Penal Internacional, «hasta el propio sistema de Naciones Unidas tiene su debate», y todo esto tiene que ver «con la globalización».

Un escenario cambiante Una de las encrucijadas sobre las que se ha debatido en este congreso es el cambio de escenario que se ha vivido en España en los últimos treinta años, lo que, a juicio del catedrático de Derecho Constitucional de la UCA, obliga «a admitir a nuevos derechos derivados de la situación de multiculturalidad» que «vivimos actualmente. «Cuando se hizo la Constitución, España era un país bastante homogéneo pero en estas tres décadas hemos pasado a ser una país multicultural con nuevos retos», por ejemplo en materia religiosa con el uso del velo. «Hace falta un desarrollo legislativo que se más respetuoso con la diversidad religiosa que no dé privilegios a una sola confesión».

Miguel Revenga espera que las administraciones públicas sean capaz de tomar nota de las conclusiones de estos seis años de estudio. «Cuando se inicia un trabajo de investigación, y más en tiempos de crisis, se pretende que sea útil y no se quede sólo en la erudición académica», de ahí que «hayamos procurado contar con administraciones públicas».

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“La fuerza de un derecho no debería ser medida por la existencia de una norma jurídica, sino por la existencia del ser humano y su reconocimiento como portador derechos humanos fundamentales” C.A.

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